Nosotros, mexicanas y mexicanos, unidos al país del
norte por los ríos, montañas y desiertos de nuestra geografía compartida, y por
la sangre que fluye en las venas de nuestras familias binacionales, declaramos
nuestro repudio absoluto al programa político del presidente electo de los
Estados Unidos, Donald J. Trump.
Juntos, nos comprometemos a DEFENDER a los más
vulnerables y al planeta, y a RESISTIR permanentemente el odio y el autoritarismo
apoderados del gobierno del país vecino.
Vimos con horror cómo Trump construyó una campaña
basada en la xenofobia, el racismo y la misoginia. Estamos frente a la
consolidación de un proyecto que reivindica abiertamente el supremacismo y el
patriarcado, poniendo en grave riesgo derechos y vidas de miles de personas
dentro y fuera de sus fronteras. México fue convertido en el chivo expiatorio
de las fallas estructurales del modelo económico y político de los Estados
Unidos. Se culpa a México y sus migrantes por el desempleo, la precariedad, la
falta de servicios básicos y perspectivas de mejoramiento para grandes sectores
de la población estadunidense.
Este escenario, producto de la globalización desde
arriba y la desigualdad, se vive de manera aún más cruel en nuestro país donde
el pueblo sufre los mismos impactos de la integración económica y financiera,
multiplicados. Ahora en EEUU el 1%, representado por Trump, no sólo ganó el
voto de buena parte del 99%, sino que les hizo creer que ellos mismos —pero de
otro color, otra religión, otro país— son el problema.
Las promesas de campaña de Trump que a raíz de los
trágicos resultados del 8 de noviembre podrían volverse proyectos de gobierno,
tendrán un impacto fuerte en México, entre ellos:
* La construcción del muro fronterizo * La
deportación de millones de compatriotas * La retención de remesas para pagar el
muro * La detención y encarcelamiento de migrantes * El aumento de agentes del
ICE en la frontera en 200% * El odio anti-migrante * La tarifa de 35% a ciertos
productos mexicanos * La renegociación unilateral del TLCAN * La eliminación de
regulaciones ambientales y el aliento a la industria extractiva que despoja y
contamina tierras y aguas * La intensificación de la militarización de las
fronteras EEUU-México y México-Guatemala * El retroceso en los derechos de la
mujer * El discurso anti-derechos humanos y pro-tortura
La aplicación de estas políticas, así sea parcial, nos
llevaría a una emergencia humanitaria enorme y una crisis económica severa; agravaría
la actual crisis de derechos humanos, crecería la pobreza y colapsaría la
infraestructura de atención humanitaria en las fronteras.
Hemos visto con gran preocupación que Trump no
muestra ninguna intención de matizar los planteamientos racistas y anti-México
de su campaña. Ha dicho que empezará “cuanto antes” la construcción del muro y
la deportación de entre 2 y 3 millones de migrantes.
Frente a esta nueva realidad:
RECHAZAMOS la construcción del muro ilegal y ofensivo,
la deportación masiva de nuestros compatriotas y la separación de familias, el
bloqueo de nuestras remesas y la militarización.
REPUDIAMOS el discurso de odio e intolerancia del
nuevo gobierno. Lo enfrentamos con la unidad y la lucha no-violenta.
CONDENAMOS la justificación abierta de Trump del
acoso sexual, y la aceptación de la tortura sexual y la violación como actos
individuales o políticas de estado. Defendemos los derechos y la dignidad de la
mujer y refrendamos su derecho a decidir sobre su cuerpo y a la salud
reproductiva y sexual frente el resurgimiento y legitimización de los
fundamentalismos anti-mujer.
COMPARTIMOS el sentir de millones de trabajadores
estadunidenses de que la globalización desde el gran capital ha generado una
grave crisis en el nivel de vida de nuestras familias.
RECONOCEMOS que el Partido Demócrata cultivó las
condiciones que llevaron a la elección de Trump, por su incapacidad para
responder a la necesidad de cambiar el rumbo de la economía global que ha
beneficiado a los de arriba y empobrecido a los de abajo. Rechazamos la opción
fascista que culpa por la crisis a los sectores discriminados y vulnerables.
NOS SOLIDARIZAMOS con los mexicanos, afroamericanos,
personas LGBT, mujeres, musulmanes y otros grupos vulnerables que protestan
todos los días contra el proyecto de Trump y la derecha supremacista reflejada
en su gabinete.
RECHAZAMOS la postura sumisa del gobierno de México que
debe abandonar su actitud vacilante frente a las agresiones. No es con las
recetas de siempre, cargadas de demagogia y de tibias promesas de apoyo a los
migrantes, con lo que será posible enfrentar la nueva realidad.
NOS COMPROMETEMOS a unir fuerzas en la solidaridad y
defensa de los sectores más susceptibles a los ataques racistas, sexistas y
xenofóbicos, aquí y allá, así como a demandar un mejor nivel de vida para la
población y el impulso a la soberanía alimentaria basada en la economía
campesina e indígena.
LLAMAMOS a todos los mexicanos, en ambos lados de la
frontera, a construir un gran frente de resistencia pacífica, intersectorial,
binacional y antirracista, para defendernos juntos, para atajar con puentes de
solidaridad y apoyo mutuo el odio de Trump y la amenaza que representa a la
democracia y los valores fundamentales de la convivencia.
De acuerdo. Repudio absoluto.
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